El herpes zóster (HZ) es una erupción cutánea dolorosa, generalmente unilateral, que aparece como consecuencia de la reactivación del virus latente de la varicela zóster, la mayor parte de las veces secundaria a una disminución de la inmunidad celular frente al virus.
Constituye una enfermedad de distribución mundial.
Manifestaciones clínicas del herpes zóster
Inicialmente existe una fase inicial de 1-5 días de duración, donde aparecen síntomas inespecíficos acompañados de sensación de quemazón, picazón localizados en un dermatoma, es la neuralgia preherpética.
A continuación, aparecen las manifestaciones cutáneas limitadas a un único dermatoma. Los más frecuentemente afectados son los de la región torácica (62%), lumbar (14%) y facial, esta última la más dolorosa.
La neuralgia herpética aguda
Es el dolor que acompaña a la erupción. Puede persistir hasta 30 días después del comienzo del rash cutáneo. El dolor generalmente remite cuando curan las lesiones, pero en el 9-34% de los pacientes persiste y se hace crónico.
La neuralgia herpética subaguda
Es el dolor que persiste más allá de la curación del rash pero que se resuelve dentro de los 3 primeros meses desde el inicio del cuadro. Cuando hacemos una comparación entre estos pacientes y aquellos que sufrirán una neuralgia postherpética (NPH), vemos que los que sufren neuralgia herpética subaguda son significativamente más jóvenes y menos propensos a tener erupciones cutáneas severas
La neuralgia posherpética (NPH)
Es la complicación más frecuente del HZ. Se define como el dolor que persiste por lo menos 90 días después de la infección aguda
La NPH se puede resolver espontáneamente. En los pacientes en los que la NPH ha persistido más de un año, un 50% tendrá dolor significativo, mientras que el otro 50% estará sin dolor o lo tendrá controlado con medicación.
El 2% de las personas con HZ presentan dolor de más de 5 años de duración
Factores de riesgo mayores para la aparición de la NPH son la edad avanzada, el dolor intenso durante la fase de rash y el rash severo. Otros factores de riesgo serían: estrés, factores psicosociales, y otras condiciones que causen decremento de la inmunidad celular.
Los pacientes con NPH presentan una calidad de vida, funcionalidad física y bienestar psicológico disminuidos.
Tratamiento en el herpes zóster
Las primeras medidas a aconsejar al paciente están relacionadas con la vestimenta; utilizar ropas holgadas de fibras naturales para que el roce con la piel sea mínimo, tomar medidas higiénicas de la piel, el empleo de compresas frías y el tratamiento con antisépticos en caso de necesidad.
Tratamiento antiviral cuando esté indicado.
Simultáneamente se debe tratar el dolor; si el dolor impide el movimiento articular, está indicado tratamientos tópicos como cremas con capsaicina, la fisioterapia, entre otros.
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